07 Feb HEMOFILIA: EJERCICIO Y DEPORTE
El ejercicio físico y el deporte en personas con hemofilia ayuda a prevenir lesiones musculares, articulares y óseas. Las terapias con factor de coagulación pueden permitir que la persona con hemofilia practique deportes menos riesgosos.
LA ACTIVIDAD FÍSICA
La actividad física ayuda a fortalecer músculos y articulaciones, y con ello puede reducir el riesgo de hemorragias, además de contribuir a tener un peso saludable y una mejor calidad de vida. «Cuide lo poquito que queda».
El médico o un fisioterapeuta con experiencia deben ser los que recomienden qué tipo de actividad física o deporte y con qué intensidad pueden practicar las personas con afecciones de la coagulación.
Hasta mediados del siglo XX, el ejercicio físico y el deporte estaban restringidos para las personas con hemofilia, dado que la esperanza de vida era mucho menor que la de hoy. Pero con los cuidados actuales (profilaxis y atención integral) hoy pueden hacer muchas actividades físicas con menor riesgo de sangrado musculo-esquelético.
La mayor parte del sangrado en la hemofilia ocurre internamente, en las articulaciones o los músculos. Las articulaciones afectadas con más frecuencia son las de las rodillas, los tobillos y los codos. Si no son tratados a tiempo pueden producir un daño articular irreversible. Por eso el ejercicio, además de ayudar a mejorar la calidad de vida, logra una buena musculatura que protege de eventuales lesiones